Carta de Amor

Mi linda Lucía:

Aún no me acostumbro a no verte cada mañana. Siento no haberte escrito antes, no creas que no he pensado en ti, solo es que no he parado de trabajar desde que llegué. Supongo que ya abrieron el cine de verano y la caló hace tiempo que llegó. En este momento estoy en la playa, en una pequeña cala, disfrutando de la brisa norteña, pensando en ti.

Me he trasladado a una pequeña casa alejada del pueblo, como el ermitaño que auguraron que sería. Al pueblo merece la pena ir de vez en cuando, todo el mundo aquí es agradable, la mayoría superan los sesenta, aunque hay algún que otro descarriado como yo, hay incluso una muchachilla, futura modelo, a la que le hice un book.
Todo esto es muy bonito, muy verde, ya lo verás cuando vengas, puede que hasta decidas quedarte aquí, ¿Te imaginas?, sería como aquella vez que nos fuimos de campamento a la sierra. Cuando me caí de aquel árbol y pescamos aquellas ranas…
Aún ríes hoy, como reíste aquel día. Aún recuerdo esa risa… Aún conservo esas flores… Estoy deseando que vengas, Lucia y el bohemio, daremos mucho de que hablar…

Lucia… Mi dulce Lucia… Podríamos hacer como si nada hubiese pasado, como si la razón de haberme ido sea la vocación profesional y como si fuésemos a vernos el próximo puente, cuando vengas a verme. Podría seguir esta carta contándote las anécdotas más tontas que he vivido desde que llegué y escribirte las experiencias más graciosas que pueda inventarme. Quizás incluso, Podría funcionar ese tipo de relación, pero, ¿De qué serviría? ¿Y luego qué?

Ambos hemos crecido, ya no somos esos niños que corrían y jugaban, te he visto crecer, he crecido junto a ti, he visto como tus ojos han pasado de la alegría a la ternura, como los rubores de tus mejillas han ido escaseando… he visto tu cuerpo cambiar, y lo he sufrido en mis propias carnes.
He estado contigo los días más arduos, donde yo era tu mejor amigo y él, el amor de tu vida. Quizás si fueron los días más largos, las noche más solitarias, las lágrimas más amargas que derramaste y me llovieron. Quizás si fueron las noches más largas, los días más desolados, las lágrimas más ácidas que derramé y nunca llovieron.

Sin embargo eso se terminó y vino otro y después otro y otro… ¿Y Ahora me escribes y me dices que te quieres casar? ¿Después de lo que pasó esa noche?
No mi exquisita Lucia, la pasión de esa noche no fue fruto de un ardor pasajero, lo sabes, por eso me fui, porque tú me lo pediste, porque ahí ya conocías el alcance de nuestro amor.

¿Sabes Dulcinea? Desde ese momento son tierras de pasiones desenfrenadas las que describen mis sueños contigo. Me levanto enardecido creyéndote a mi lado y me recorren sudores cuando, me doy cuenta, es la almohada a lo que estoy abrazado.
No puedo concebirte en brazos de otro, aún sabiendo que ese otro estaba mucho antes que yo, mucho antes de nuestra noche. Aún sabiendo que a ojos ajenos soy yo el otro. Pero no es así, pequeña, es deseo carnal lo que ha mantenido mis noches en vela, pero otro sentimiento más intenso, un amor desesperado e insaciable, es el que da vida a mi existencia. Y el resto puede seguir con sus cuchicheos, ya no me importa, ami solo me importas tú. Y me fui porque necesitabas tiempo.


Podría jurarte amor eterno y no ser suficiente, podría idear las noches más dulces, embriagarme con el azúcar más fino y no ser suficiente, podría prometer el cielo más azul, las nubes más blancas, las flores más lindas y no ser suficiente… era el miedo de las palabras vanas la explicación de mi silencio, mis miradas. Pero no es tarde aún. Aún no eres suya, tu nombre es tuyo y tuyo es mi corazón. No cometas un error amor, podría vivir sin ti, pero no con tu sufrimiento.
Todo queda en tus manos, al final es tu decisión, se que no puedo ir por ti, desearía que las cosas hubiesen pasado de otra forma, desearía haberte regalado flores, haber comprado velas y vino, desearía mil cosas… desespero por nuestro futuro, tenemos un futuro amor, decidas lo que decidas te estaré esperándote, semanas, meses, años, el tiempo que necesites.

Un destello de valor o coraje, o quizás… esto lo cambia todo.

El centinela de tu dicha.


Tu fotógrafo.

Se venden Tomates con "Be"

TOMATES BUENOS BONITOS Y BARATOS!

Hoy, como he venido haciendo estos últimos días, me he levantado a las 6:30a.m., si si, en verano! a esa hora!

Esto es porque desde que terminé el curso me dedico a recoger tomates en el mejor huerto habido y por haber, el de mi padre, y no lo digo porque mi padre sea, ya que como se dice la confianza da asco y la hija menor no se lleva precisamente los halagos del jefe, si no porque tengo el placer de comerme uno en la hora de descanso en mi buen y merecido bocata.

Así que lo dicho señoras y señores:

QUE SE VENDEN TOMATES.



No se puede dejar para mañana! porque las tomateras no entienden de mercados ni leches y estas cría que te cría tomates, rojos y deliciosos tomates! (bueno, también pimientos y otros productos hortofrutícolas, pero estos no los crían las tomateras).